A la hora de
bajar de peso o mantenernos saludables, el número de consejos parece no tener
fin. Una de las más recientes recomendaciones es EL AYUNO POR PERÍODOS CORTOS. ¿Funciona?
Cuando se trata
de bajar de peso o mantenernos saludables el
número de consejos, dietas y recetas parece no tener fin.
La polémica más
reciente tiene como protagonista al AYUNO:
mientras que la mayoría de los
médicos sostiene que no se han comprobado los beneficios de dejar de comer,
otros argumentan que si lo hacemos por períodos breves, no sólo bajaremos de
peso sino que también nos volveremos menos vulnerables a las enfermedades
asociadas con la edad.
Michael Mosley,
periodista de la BBC,
siguió una dieta que RESTRINGE
SEVERAMENTE POR DOS DÍAS A LA
SEMANA LA INGESTA DE CALORÍAS para ver cómo respondía su
organismo.
Siempre pensé
que hacer AYUNO era algo
desagradable que no proporcionaba ningún beneficio evidente en el largo plazo.
Por esta razón, cuando me pidieron que hiciera un documental en el que tenía
que DEJAR DE COMER, no me entusiasmé demasiado porque pensé
que sería un suplicio.
Para
convencerme, mi editor me habló de una serie de investigaciones sobre EL AYUNO y me dijo que si lo hacía, era muy probable que mi cuerpo experimentara una mejoría
dramática. Así que, sin pensarlo un minuto más, dije que sí.
Carezco de fuerza de voluntad como para seguir una dieta por mucho tiempo, pero me interesa en
extremo saber por qué comer menos
puede aumentar mis expectativas de vida.
LA MANERA EN QUE ENVEJECEMOS ESTÁ DICTADA EN GRAN MEDIDA POR LOS
GENES y no hay mucho que podamos hacer al respecto.
Sin embargo, reducir la cantidad de calorías comiendo
bien pero no mucho, es una de las pocas cosas que han demostrado aumentar la
longevidad, al menos en los animales.
Desde hace más
de 70 años se sabe que LOS RATONES
SOMETIDOS A UNA DIETA BAJA EN CALORÍAS Y RICA EN NUTRIENTES VIVEN POR MÁS
TIEMPO. También hay evidencia de que lo mismo sucede con los monos.
HORMONA DEL CRECIMIENTO
El récord mundial
por vivir mucho más de lo previsto lo ostenta un nuevo tipo de ratón que puede
vivir un 40% más que los ratones comunes. En
tiempos humanos, esto equivale a vivir por 120 años o más.
Este ratón fue
genéticamente modificado para que su
cuerpo produzca niveles muy bajos de UNA HORMONA DEL CRECIMIENTO conocida como
factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1, por sus siglas en
inglés).
Cuando los
niveles de esta hormona son altos EL
CUERPO ENVEJECE MÁS RÁPIDAMENTE Y SE VUELVE MÁS PROCLIVE A SUFRIR ENFERMEDADES
VINCULADAS A LA EDAD.
CUANTO MÁS BAJO ES EL NIVEL DE ESTAS HORMONAS, más protegidos estamos.
Una mutación
genética similar pero natural ocurre en los individuos con síndrome de Laron,
una rara condición que afecta a menos de 350 personas en todo el mundo.
Los bajos niveles de IGF-1 que producen sus cuerpos
hace que sean de baja estatura, pero también, inmunes al cáncer y a la
diabetes, dos enfermedades relacionadas con la edad.
La hormona IGF-1
es una de las responsables de que nuestro cuerpo entre en UNA MODALIDAD CARACTERIZADA POR EL CRECIMIENTO Y EL MOVIMIENTO
CONSTANTE. Esto está muy bien mientras estamos creciendo, pero deja de ser
bueno cuando alcanzamos la madurez.
Ahora, dos
equipos de científicos en Estados
Unidos hallaron evidencia de que los niveles de esa hormona pueden bajar según
lo que comamos. LOS ESTUDIOS
SOBRE REDUCCIÓN DE CALORÍAS INDICAN QUE COMER MENOS AYUDA, pero no es
suficiente.
ADEMÁS DE LAS CALORÍAS, HACE FALTA REDUCIR LA INGESTA DE PROTEÍNAS. Pero no por completo. Esto sería una pésima idea. Se trata de
seguir las recomendaciones médicas, algo que la mayoría de nosotros no hacemos.
Lo que sucede,
al parecer, es que cuando nuestro
cuerpo se ve privado de comida pasa del 'ESTADO DE CRECIMIENTO' al 'ESTADO DE
REPARACIÓN'.
Cuando bajan los niveles de la hormona IGF-1 entran
en funcionamiento los genes encargados de la reparación, señala Valter Longo, profesor de la Universidad del Sur de
California, en EE.UU.
AYUNO INTERMITENTE
Actualmente, un
grupo de científicos está investigando el llamado 'AYUNO EN DÍAS ALTERNOS' (Alternate Day Fasting, ADF, por
sus siglas en inglés), que implica comer lo que uno quiere un día, y luego seguir una dieta restringida en
calorías al día siguiente (de menos de 600 calorías). Y, para sorpresa de muchos, no importa
qué es lo que uno come el día que no hace ayuno.
Krista Varady,
de la Universidad
de Illinois en Chicago, EE.UU., llevó
a cabo una prueba de ocho semanas en la que comparó a dos grupos de personas
con sobrepeso siguiendo la dieta de ADF.
'En términos del
riesgo de enfermedades cardiovasculares, daba lo mismo si los participantes
comían -durante los días que no había que hacer ayuno- alimentos de alto o bajo
contenido graso ', me explicó Varady.
Como para mí era
muy poco práctico seguir la dieta de días alternos, opté por una versión más
sencilla: la llamada dieta 5:2.
Esto quiere decir, comer normalmente durante CINCO
DÍAS A LA SEMANA
e ingerir 500 calorías dos días por semana si eres mujer y 600 si eres hombre.
En este sentido
no hay reglas claras porque no se han hecho suficientes pruebas con seres
humanos. En mi caso, noté que me resultaba más fácil durante los días de
semiayuno hacer un desayuno liviano de cerca de 300 calorías (huevos revueltos,
una rodaja fina de jamón y mucho té negro), mucha agua y té de hierbas durante
el día y una cena liviana (pescado grillado con muchos vegetales) por la noche.
Los días que podía comer, comía lo que quería y no
sentía el deseo de atragantarme de comida.
Después de seguir este régimen por cinco semanas,
perdí cerca de 6 kilos y los análisis de sangre que me hice al final mostraron
que los índices de glucosa y colesterol habían mejorado.
En la
actualidad, la comunidad médica señala que los beneficios del ayuno no están
demostrados y que, hasta que no se hagan más estudios con seres humanos lo
mejor es consumir 2 mil calorías diarias.
Quienes quieran
probar los beneficios deben hacerlo bajo supervisión médica ya que en muchos
casos, como es el de las mujeres embarazadas, personas diabéticas o que están
tomando medicación, esta dieta puede ser peligrosa.
Durante las
cinco semanas que seguí la dieta fui monitoreado constantemente por un equipo
médico. Me pareció fácil hacerla y es probable que la vuelva a hacer pero con
menos frecuencia. En mi opinión, AYUNAR,
tanto como comer, debe hacerse con moderación.
*Este artículo
no representa el punto de vista de la
BBC sino que refleja la experiencia del periodista Michael
Mosely. La BBC no
recomienda a sus lectores seguir ninguna clase dieta. Cualquier cambio drástico
en la alimentación debe hacerse bajo supervisión médica.